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Educación universal no significa estatal

Silvia Castro [email protected] | Lunes 02 mayo, 2016


 Todo ser humano debe poder ganarse el sustento con el fruto de su labor y no depender de la ayuda estatal, así como ser capaz de participar en la vida política bajo los parámetros del orden democrático

Educación universal no significa estatal

La educación es un derecho humano que debe ser garantizado por el Estado. Sin educación, no hay igualdad de oportunidades. Pero este derecho va más allá de la mera posibilidad de que las personas puedan obtener un nivel mínimo de instrucción. Implica la obligación del Estado de garantizar, a menores y adultos, incluyendo a los marginados social y económicamente, el desarrollo de sus talentos y habilidades, de tal manera que puedan ser capaces de comprender lo que acontece en su entorno, descubrir el mundo por sí mismos y trazar su propio destino, a la luz de las realidades y desafíos del mundo contemporáneo.
La educación juega un papel determinante en la emancipación del ser humano, la protección de los niños en contra de la explotación, la promoción de la democracia y la cultura, la defensa de la salud y el medio ambiente, el disfrute de las libertades fundamentales, la lucha contra la pobreza y la calidad de vida. La falta de educación, en cambio, provoca incapacidad, ignorancia, indolencia intelectual y vanidad. ¿Cómo podríamos ejercer, a consciencia, nuestro derecho al voto, expresar nuestros puntos de vista, o actuar de forma responsable, sin una base educativa?
Es por ello que el Estado debe estipular que la educación sea compulsoria y gratuita para todos los ciudadanos, incluyendo la educación universitaria. Además, debe asegurarse que sea de calidad, accesible, financieramente sostenible, pertinente a los requerimientos sociales y adecuada a las necesidades e intereses individuales de los educandos.
No hay principio de autonomía ni libertad de enseñanza que exima a las instituciones de su obligación de cumplir con estos requerimientos. Los problemas existentes de calidad, accesibilidad, financiamiento, inadecuación a los requerimientos del contexto y la inflexibilidad en la educación constituyen violaciones a los derechos humanos y la negación de toda oportunidad de que las personas se autodeterminen y vivan en libertad.
Todo ser humano debe poder ganarse el sustento con el fruto de su labor y no depender de la ayuda estatal, así como ser capaz de participar en la vida política bajo los parámetros del orden democrático.
Si bien es responsabilidad del Estado el definir los criterios organizacionales mediante los cuales se deberán satisfacer las aspiraciones educativas de su población, no es quién para definir la naturaleza de esas aspiraciones. La educación de calidad no requiere de agenda ideológica, un currículum estandarizado o un canon. No depende de una lista única de textos ni de políticas uniformes. A toda costa, el país debe evitar el adoctrinamiento, la centralización de los procesos de enseñanza y los monopolios.
La educación universal no implica que deba existir un sistema monolítico en manos de la burocracia estatal; sí implica, en cambio, que el Estado debe crear un ambiente en el cual un gran espectro de instituciones educativas pueda competir y desenvolverse, con calidad y eficiencia, y así ampliar las oportunidades de aprendizaje de calidad para todos.

Silvia Castro
Rectora de Ulacit

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