El INA en la encrucijada
Arturo Jofré [email protected] | Viernes 08 febrero, 2008
Arturo Jofré
Desde hace años el Instituto Nacional de Aprendizaje viene luchando infructuosamente por estar a la altura de los tiempos. El aporte que el INA ha hecho al país es enorme, pero no ha podido hacer los cambios que le permitan un espacio protagónico en el nuevo y desafiante escenario. En el INA se conjugan una serie de paradojas que lo tienen a una velocidad reducida.
La primera paradoja del INA es que se trata de una de las instituciones más ricas del sector público y, sin embargo, no tiene capacidad para gastar sus cuantiosos recursos. Un superávit de ¢40 mil millones es una cifra que, bien enfocada e invertida, puede cambiar dramáticamente el impacto de esta institución en nuestra sociedad.
La segunda paradoja del INA es que se siente impotente para enfrentar los nuevos desafíos. Tener dinero no lo es todo. El INA necesita un planteamiento claro de sus prioridades, con un enfoque que le asegure al país la cobertura de áreas clave, tanto en calidad como cantidad. La historia del INA nos muestra que en varias oportunidades la institución se ha desenfocado y ahora la Contraloría lo urge a presupuestar el superávit acumulado. La pregunta es: ¿está el INA preparado para que todo este dinero se vea reflejado en las exigencias actuales de la dinámica del empleo en Costa Rica?
La tercera paradoja del INA es que, siendo una institución financiada en gran parte por la empresa privada, debe caminar con todas las amarras de una institución pública. El INA necesita mayor autonomía, ya que históricamente no ha podido avanzar al ritmo de las exigencias de su entorno. Necesita más flexibilidad para operar, sea en el campo del régimen de personal, de uso del presupuesto, etc. También requiere un cambio en la forma como se integra su junta directiva, ya que este órgano es clave para la orientación estratégica de la institución y para controlar los indicadores que permitan impacto y uso eficiente de los recursos.
La cuarta paradoja del INA es que, sabiéndose que está en un punto crítico, no hay propuestas de una reforma sustancial para rehabilitarlo.
El INA es una institución emblemática para nuestra sociedad. Por décadas ha cambiado la vida de muchas decenas de miles de jóvenes, en su gran mayoría de escasos recursos. El INA nació como una de esas grandes obras que fueron dando forma a la sociedad costarricense, más equitativa, más humana, más educada. Por eso cuando se le critica es para que tome más fuerza.
Al hablar del INA es justo citar a don Alfonso Carro. Señalo esto por una anécdota de la que fui testigo hace más de 20 años. Se celebraba un aniversario del INA y don Alfonso nos dijo: ustedes van a pensar que vine a hablar para que se me reconozca que fui yo quien redactó el proyecto de creación de esta institución, en otras palabras que el INA es mi obra. Debo decirles que tienen razón en pensar así, vine a eso.
Esta es la obra que hoy se debe poner en una nueva dimensión, a la altura de los nuevos retos.
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