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COLUMNISTAS


Escuchemos, el pueblo está hablando

Miguel Angel Rodríguez [email protected] | Lunes 07 febrero, 2022


Escribo está columna dos días antes de nuestras elecciones. Creo que ayer cuando se celebraron, dos candidaturas habrán sido seleccionadas para ir a una segunda ronda electoral. Posiblemente al menos dos de cada cinco votantes no se pronunciaron en favor de ninguna de esas dos personas entre las cuales habremos de escoger a quien ejercerá la Presidencia de la República. También ayer se eligió a las personas que conformarán la Asamblea Legislativa. Muy probablemente no habrá ninguna fracción con mayoría. Habrá unas cuatro fracciones legislativas con un tamaño que las tornará en importantes factores para las decisiones políticas que deberá tomar el país en el cuatrienio que inicia en mayo, y otros diputados y diputadas electos en pequeñas fracciones también serán de relevante importancia por sus condiciones y capacidades.

El pueblo habló y decidió. Seguirá hablando y decidiendo hasta la votación del 3 de abril.

De candidatos triunfantes y vencidos en los comicios de ayer y de todos los ciudadanos depende como transitemos el empinado y difícil camino que Costa Rica tiene por delante.

Las dos candidaturas a la Presidencia que ahora se enfrentarán y los ciudadanos que las apoyaron pueden sentirse impulsados a enzarzarse en una lucha frontal para surgir hundiendo al contrincante. Los votantes que escogieron otras opciones pueden ser tentados a no participar más en la selección de nuestros dirigentes. Esa no sería una buena manera de ascender las cuestas llenas de dificultades que esperan al futuro gobierno y cuyo resultado sufriremos o disfrutaremos los costarricenses.

Estos dos meses que tenemos por delante podrían ser aprovechados de una manera muy ventajosa para todos si actuamos según la cultura del encuentro y la amistad civil que nos ha venido recomendando el Papa Francisco. Con esa actitud de parte de las dos personas que disputarán ahora la dirección de nuestro Estado podremos resolver los problemas con la “solución costarricense”: con capacidad previsora y unidos en una acción solidaria.

Enfrentamos graves problemas: pobreza, desempleo, informalidad, la pandemia, crispación y fractura social y política, desconfianza, desequilibrio fiscal, apagón de una educación que no forma en las habilidades requeridas, inseguridad ciudadana, cambio climático, carencia de infraestructura.

Algunos de esos problemas requieren una solución más urgente pues son condición indispensable para poder atender bien los otros: situación fiscal, desempleo, fractura social y política.

Si en estos dos meses candidatos y ciudadanos privilegiamos el diálogo y las soluciones serias y verdaderas, podremos mejor tener éxito en solucionar esos difíciles y graves problemas. Si tratamos de subir la ardua y escabrosa cuesta dándonos codazos y zancadillas, el camino será aún más empinado y difícil de subir.

Esta no es una simple propuesta ingenua y contraria al interés de los participantes en el proceso electoral.

Es una vía para vencer en abril y poder gobernar con éxito de 2022 a 2026.

Se puede vencer al adversario demostrando el dominio sobre los temas, los programas y equipos para gobernar, las cualidades personales para liderar y unir. Esto se logra si privilegiamos el diálogo en pensamiento y en palabra, con actitudes y respeto, abiertos a entender al otro. Claro que esto requiere disposición de los participantes, espacios para participación seria, convicción de la dignidad del otro, apagar los prejuicios y oír la realidad, apego a la verdad, cuidado en el trato. Los conflictos se pueden transitar en paz.

En diciembre de 2020 un grupo de dirigentes políticos iberoamericanos al amparo de la Academia de Líderes Católicos Latinoamérica emitimos el “Manifiesto de Católicos Iberoamericanos con Responsabilidades Políticas Frente a la Crisis Política: una cultura de Encuentro fundada en el diálogo” que contiene un DECÁLOGO PARA EL DIÁLOGO POLÍTICO que sería muy oportuno aplicar en esta segunda ronda electoral. (www.rodriguez.cr)

Si el proceso electoral en que estamos ahora practica estos principios del diálogo que no implica ceder en nuestras convicciones, pero sí promoverlas con apertura y respeto para los demás, podrá la nueva administración a partir de mayo gozar de mayor facilidad para enfrentar nuestros serios y urgentes retos. Con una Asamblea Legislativa tan fraccionada como la que considero resultará de los comicios de ayer, el gobierno necesitará contar con una coalición legislativa tal vez de más de dos fracciones partidarias. Podrá obtenerse ese apoyo con este tipo de campaña y así será posible la solución costarricense.

Recordemos que en una democracia con independencia de nuestras convicciones los partidos, los dirigentes, los ciudadanos estemos en el gobierno o en la oposición, estamos todos moralmente obligados a colaborar para que triunfe el bien común.

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