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Federalismo europeo

Arnoldo Mora [email protected] | Viernes 13 junio, 2014


La división territorial de las provincias actuales es obsoleta, pues proviene de finales del siglo XIX


Federalismo europeo

En el artículo anterior hablé de la crisis que sacude a Europa. También hay otra pero que tiene connotaciones positivas. Me refiero a lo que se proponen hacer en Francia de sustituir los 24 departamentos (provincias) por 12 regiones. La reforma parece sencilla, pues tiene el fin de hacer más funcional un Estado excesivamente centralizado y vertical. Pero esto no es fácil en un país donde el nacionalismo encarnado en un Estado de resabios jacobinos es considerado como el meollo de su identidad y de su historia política y cultural.
Toda Francia se forjó en torno al centralismo de la monarquía absolutista y luego de la Revolución de 1789. La reforma que el gobierno propone busca la descentralización y la desconcentración del Estado creando en su lugar un Estado federal. Las regiones serían una especie de adaptación de los Lânder de la vecina Alemania.
Así me lo hizo saber un alto ejecutivo de la región de los Pirineos con quien almorcé. Como se ve, el liderazgo alemán en el campo de la economía se expresa también en la reforma de los estados nacionales.
La Unión Europea —y esto es de mi cosecha— devendría en una federación de repúblicas federales. Sería como la liga de ciudades-estado de la Grecia clásica, pero en vez de ciudades-estado habría estados nacionales.
En un mundo globalizado, una Europa así haría realidad lo que el filósofo alemán Fichte predijo en sus célebres “Discursos a la Nación alemana”(1808) de que Alemania (hoy Europa) es la Grecia de los tiempos modernos.
Al reflexionar sobre lo anterior, tuve en mente lo que he venido diciendo desde que experimenté como ministro (1994-98) la disfuncionalidad del Estado en Costa Rica. Nuestro país ha llevado a extremos esperpénticos el centralismo, que se refleja en el hecho de que dos tercios de la población vive en el Valle Central que no representa sino una pequeña parte del territorio.
Muchos de nuestros problemas viales vienen de allí. Todo esto tiene su raíz, no solo en que muchos de los servicios se dan en San José y sus alrededores, sino por algo más grave: la división territorial de las provincias actuales es obsoleta, pues proviene de finales del siglo XIX.
Respondía a una realidad económica, social y demográfica muy diferente. Hay que suprimir las provincias actuales y hacer nuevas que respondan a la Costa Rica del siglo XXI. ¿Cómo se puede gobernar con eficiencia un país donde una provincia como Heredia tiene el más pobre de sus municipios (Sarapiquí) que abarca dos tercios de su territorio? ¿Qué tiene que hacer Puntarenas en Puerto Cortés, o Alajuela en Upala, o San José en Pérez Zeledón?
Esto por no citar sino algunos ejemplos. Las reformas propuestas por “notables” no pasan de ser parches si no se emprenden reformas profundas como las esbozadas en estas líneas.
Por eso sugiero que antes de dos años el gobierno nombre una comisión de expertos sin distingos de partidos, porque se trata de un asunto nacional y no ideológico o electoral, con el fin de proponer al Ejecutivo para que este lo envíe al Legislativo una reforma integral como la aquí sugerida.
Lo considero un paso indispensable si queremos asumir con éxito los retos del siglo XXI.

Arnoldo Mora
 

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