Finanzas sostenibles
Luis Mastroeni [email protected] | Viernes 24 mayo, 2024
Las personas que dirigen empresas tienen la enorme responsabilidad frente a sus socios, accionistas o dueños de rendir cuentas con respecto al buen ejercicio financiero de la organización. Lo anterior es básico si un CEO y su equipo, quiere mantener su puesto.
Además de rendir cuentas con frecuencia, deben tratar de que los indicadores sean lo más apegados o excedan las metas propuestas. Esa vigilancia del detalle y de los resultados, tiene a los y las líderes en un constante análisis del negocio y todo lo que está a su alrededor, de tal forma que las finanzas estén cada día mejor y se sostengan en el tiempo.
Todo lo anterior no solo cumple con el principal objetivo de devolver con creces la inversión a los dueños, sino también cumplir con los compromisos fiscales, con los proveedores, los colaboradores, etc. Es decir, la vigilancia del número es vital en esas posiciones para que la compañía funcione.
Sin embargo, en los últimos años el resultado económico está en crisis en las empresas y no porque les vaya mal o no vendan, sino porque se ha enfrentado a una realidad desconocida, de la que pocas universidades hablan y que ha costado introducir en la agenda de la Junta Directiva.
Las finanzas sostenibles, no son los créditos verdes o la inversión a partir de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza por sus siglas en español); son mucho más que eso. Abordan todo que le podría afectar al estado financiero si no hay variación de comportamientos y análisis de riesgo (impactos).
Ampliaré estas dos frases: Variación de comportamiento y análisis de riesgos. La primera tiene que ver con la forma en que se hacen las cosas en el negocio. Cambiar de comportamiento para unas finanzas sostenibles en el tiempo, quiere decir que hay que dejar de hacer ciertas cosas de una forma, para darle paso a una nueva manera de operar y seguir adelante con los negocios.
Un cambio de comportamiento no es solamente poner áreas de reciclaje en la empresa (cosa muy importante), es lograr introducir a la empresa en prácticas regenerativas y circulares que le aseguren a la organización un debido tratamiento de los residuos, mientras genera ingresos o ahorros debido a esto.
El comportamiento cambiará cuando toda la empresa en su conjunto se mida por factores ESG y no solo financieros. Medirse solo con números hoy, no asegura el resultado económico del futuro.
El análisis de riesgos o de impactos, y aquí paso a explicar la segunda frase, tanto que pueda generar la empresa, como que otros le puedan generar, es una actividad urgente si se desea asegurar, en buena medida, las finanzas empresariales.
Los riesgos ya no solo son los tradicionales: de mercadeo, de finanzas, de crédito, etc. Lo que piense la comunidad, la forma en que recuperamos un espacio natural o cómo se diseña un nuevo empaque para disminuir efectos negativos, es urgente, pues eso, en el mediano o largo plazo, es lo que podría deteriorar el valor económico de la compañía.
Las finanzas sostenibles logran que la salud de la empresa sea fuerte y estable, pero, además, que dure en el tiempo. Si la primera responsabilidad de los líderes que guían a la organización es mantenerla saludable a largo plazo, para que los dueños tengan bienestar, ya va siendo hora de que incluyan en sus valoraciones financieras, aquellos aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo que afecten el negocio a futuro.
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