Gobierno con rumbo incierto
Arturo Jofré [email protected] | Viernes 04 marzo, 2011
Gobierno con rumbo incierto
Hace poco más de un año se reafirmó en las urnas el triunfo inobjetable de la actual presidenta Laura Chinchilla. Por una parte el país mostraba tendencias inflacionarias muy bajas, probablemente las menores en los últimos 30 años. Es cierto que en esto contribuyó la crisis económica mundial, la cual se refleja en la gran mayoría de los países latinoamericanos, los cuales estaban acostumbrados a tasas de inflación de dos dígitos. La baja del dólar, también un fenómeno que se había esparcido por buena parte del continente, fortaleció al colón.
Por otra parte, el país vivía un clima de inseguridad interna de dimensiones catastróficas, la cual tomó fuerza desde la crisis de inicios de los años 80 y se fue en una espiral que nos tiene en la peor situación de todos los tiempos. A lo anterior se suma un problema fiscal altamente preocupante y la tendencia negativa de los indicadores sociales.
A un año de la elección las cosas no caminan; algo peor, no se logra percibir un rumbo bien definido. Todos los mensajes, los hechos, el comportamiento de los diversos actores políticos, lejos de sostener una dosis de esperanza, la van matando aceleradamente.
Hay problemas nacionales que han tomado grandes dimensiones en las últimas décadas, lo que obliga a enfrentarlos con decisiones de gran calibre. La seguridad, la pobreza, el empleo para la población joven, los altos indicadores de deserción de estudiantes en los colegios, nos muestran un escenario que no se mueve… o se mueve para empeorar. Un ejemplo es el reciente plan de seguridad, el cual es una muestra de que seguiremos haciendo cosas similares a las de siempre.
¿Cuál es el problema central para no avanzar en temas tan sensibles? Uno es de fondo. Estamos frente a una sociedad bloqueada. Algunos ex presidentes han denominado a este fenómeno como ingobernabilidad. Una sociedad bloqueada habla incesantemente de cambio, pero se niega a emprender el menor cambio real, como lo define el sociólogo francés Michel Crozier.
Pero hay otra razón de forma: el Partido Liberación Nacional. En esta gestión concreta es el PLN quien ha tenido el mayor protagonismo y ha contribuido muy poco a darle el apoyo y la fuerza que requiere un Gobierno con grandes desafíos.
El PLN está tan convencido de su fuerza, tan satisfecho de su plataforma política en todo el país, tan seguro de que el presente y el futuro está libre de nubarrones o amenazas políticas, que se está dando lujos peligrosos.
Por otra parte, el Gobierno se ha diluido, no ha podido formular planes que vayan más allá que los diagnósticos y las soluciones genéricas y débiles.
La Presidenta mantiene su buena posición frente al juicio público, es una persona querida y apreciada por la población, pero tiene que hacer despegar el tren y pronto, porque la cuenta regresiva en estos asuntos empieza muy temprano. Todos esperamos el pito de partida.
Arturo Jofré
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