Guimarães tendrá que ocuparse de fumigar fantasmas
Gaetano Pandolfo [email protected] | Martes 05 noviembre, 2024
Alexandre Guimarães y Alexis Gamboa, coincidieron al afirmar que la paliza que les metió Saprissa 3-0 en el clásico, se debió a “detalles”.
Un detalle monumental fue que cinco futbolistas del Alajuelense permitieran que apenas en el minuto cuatro, Mariano Torres, cercado por tres rivales, centrará desde el fondo del carril izquierdo a la nada, ni a nadie y otros dos jugadores manudos, dejaran que Javon East los madrugara y empujara el balón a la red, un gol que nunca debió entrar, pero que entró.
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La actitud pasiva, el comportamiento complaciente de cinco jugadores del Alajuelense, incapaces de meter pierna y bloquear la doble acción combinada entre Torres y Javon, fue el detonante que volcó muy temprano el clásico en favor del tetracampeón nacional.
El 1-0 le cayó de perlas a José Giacone, un experto en sostener este tipo de resultados; creo que es el marcador que más le agrada al nuevo timonel del Saprissa.
Don Pepe, en su vida privada debe ser dueño de ferretería, porque construye candados que no rompen la mejor banda de “rateros”.
Sabemos que Giacone arma sus equipos de arriba a abajo. Construye una retaguardia segura y especula con la delantera.
Frente al Alajuelense y ganando el juego por la mínima, Saprissa nunca se desordenó defensivamente y un 5-4-1 le paró al tímido León dos muros de contención, complicados de saltar, máxime con la ausencia notoria de dos futbolistas: Celso Borges y Diego Campos que presentaron un Alajuelense limitado, frágil y desordenado en todas sus líneas.
El 2-0 de David Guzmán, selló la tumba del León, anotación que combinó la fortuna en el remate de cabeza del mediocampista guerrero, con la pasividad de su marcador. A Guzmán, ni siquiera lo “empujaron” para dificultarle la acción, otro detalle que hundió a los manudos.
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Cayendo 2-0, con una muralla de nueve hombres al frente, sin su capitán Borges y su goleador Campos, con Jonathan Moya desperdiciando ocasiones de gol propicias, con Javon East haciendo fiesta y sobrepasando una y otras vez el lento binomio de zagueros centrales de la Liga, y lo más relevante, sin tener el León un futbolista de las condiciones de Mariano Torres, dueño táctico del partido, era lógico que los fantasmas del pasado rompieran emocionalmente a la tropa de “Guima” y, todo lo contrario, motivaran, más que la bulliciosa y entregada “Doce” a la nómina de Giacone.