La alegría de compartir
Candilejas [email protected] | Viernes 10 febrero, 2017
Se reúnen para intercambiar conocimientos, experiencias, ideas, pasión y amistad. Encuentran en eso mucho provecho. Mucho más que si solamente tuvieran que dedicarse cada uno en solitario a sus estudios.
Y ese colaborar es muy enriquecedor no solo porque los integrantes de este club provienen de diferentes carreras universitarias sino porque la esencia de cada participante contribuye al ambiente agradable, divertido, espontáneo donde aprenden uno del otro y se desarrollan con gran libertad.
Este grupo, que se reúne en la Universidad Veritas, y al que llaman el Club, nació hace ocho años por iniciativa de Pedro Alvarado, un egresado de la carrera de Diseño Publicitario.
“Hoy tenemos las puertas abiertas no solo para los estudiantes o profesores de Veritas sino también para estudiantes , docentes y egresados de otras universidades que tengan nuestras mismas inquietudes”, dice el profesor Denis Cambronero, quien es un enlace entre el trabajo en las aulas y el Club.
Comenzaron reuniéndose los días viernes de cada semana en la tarde, en otros espacios, pero actualmente la Universidad les permitió crear un lugar para esos encuentros en sus propios terrenos. Un sitio que fue acondicionado por William Zamora, dueño de la soda “Fab-Lab La Sala”, que también funciona en los predios de la Universidad.
“Este es un lugar muy bonito adonde me gusta mucho llegar. Ahora somos cerca de 20 pero constantemente llega gente nueva. Puede ocurrir que unos no vuelvan porque se gradúan pero ingresan otros”, explica Diana Cordero, quien desde hace un año estudia diseño publicitario. “Además vienen estudiantes que son de otros países y es muy rico el intercambio cultural, ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos” agrega.
Esta actividad es de libre asistencia para los estudiantes, solamente el primer día es obligatorio, como para que conozcan de qué se trata “luego la asistencia es voluntaria y el espacio es de ellos”, dice el profesor Cambronero.
“Llegué al Club porque pasaba todo el tiempo o en clases o en mi casa, solo, estudiando. Mi carrera nos lleva mucho a ese tipo de situación”, dice Luis Montero, estudiante de último año de animación digital. “Necesitaba hablar con gente y tener amigos con quienes compartir personalmente no solo amigos remotos.
Luis aspira a que el Club sea permanente a lo largo del tiempo, aunque algunos permanezcan luego de graduados, otros nuevos ingresen y algunos se vayan por diversas razones.
“Y lo mejor, desde mi punto de vista sería que algún día desarrolláramos proyectos productivos” agrega Montero, quien asegura que en el Club hay estudiantes de distintos niveles y con diversas aspiraciones, pero que nadie es más que otro aunque algunos tengan ciertas habilidades más desarrolladas.
El quiere llegar a elaborar series animadas participando en todo el proceso, desde crear el concepto hasta que este quede plasmado en una serie.
“Cuando llegue no sabía lo que iba a encontrar, pero ahora para mi el Club es una comunidad, es como una familia” cuenta Nicole Washburn, de 22 años de edad y estudiante de diseño publicitario.
“El grupo nace de la necesidad de compartir que tienen estudiantes de diferentes carreras. Hemos hecho intercambios importantes como exposiciones, giras, talleres y más actividades que nos permiten conectar con mucha gente”, explica Gregory Fage, de 26 años y egresado de la carrera de animación digital, a quien solo le falta realizar su tesis.
El visualiza el futuro del grupo como un colectivo para “documentar y producir” y ser muy activos en ello. “Podemos ver las fortalezas de cada carrera y aprovecharlas. Ya que las características de nuestras carreras nos aíslan, reunirnos en el Club es algo que nos permite compartir, es salud mental” concluye Gregory.
Al escuchar y percibir el significado, la esencia, por el contacto directo por tres horas con algunos miembros de este grupo, Candilejas advierte como es que las nuevas generaciones encuentran formas para que sus estudios o futuros trabajos con las nuevas tecnologías de hoy, tan absorbentes, no les resten el tiempo y espacio para compartir en directo con los demás y cultivar una filosofía en la cual la clave es intercambiar, compartir.
Carmen Juncos y Ricardo Sossa
Editores jefes y Directores de proyectos
Colaboró: Alejandro Bonilla • Fotos: Esteban Monge y shutterstock