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COLUMNISTAS


La propuesta económica de los partidos en segunda ronda

Leiner Vargas [email protected] | Martes 20 febrero, 2018


Reflexiones

La propuesta económica de los partidos en segunda ronda

Han quedado atrás 11 agrupaciones políticas y ahora, sería falso decir que no tenemos tiempo para leer las propuestas de los partidos que han avanzado a la segunda ronda electoral. En mis próximas columnas, les propongo un esfuerzo de discutir lo que a mi juicio son las principales propuestas de los dos partidos políticos en contienda, el Partido Restauración Nacional (RN) y el Partido Acción Ciudadana (PAC). Se supone, que los planes de gobierno son redactados por lo mejor de los equipos de gobierno, que por lo general no son develados hasta la fase final y que por lo tanto, reflejan el pensamiento de lo que será la propuesta programática a los costarricenses. Inició con el tema macroeconómico de política fiscal y monetaria, dado que es en este campo, donde considero tenemos un desafío de corto plazo urgente e impostergable, la reforma fiscal.

Debo decirles que en este tema, ambas agrupaciones políticas son bastante generales y muy omisas en contenido en sus programas, sobre todo en el cómo lo van a lograr. La propuesta de Restauración Nacional se ocupa mucho más de la parte de gastos, poniendo énfasis en la necesidad de ser austeros, eficientes y de rendir cuentas más claras sobre el uso de los recursos públicos. Lo anterior muestra una clara redacción de plan de gobierno de oposición, donde la presión de la gestión presupuestaria no se ha sentido y se desconoce lo difícil que es ajustar los gastos en un Estado casi quebrado, sin opciones reales de evaluación por resultados de lo que realiza, sin márgenes para cerrar o integrar instituciones y con esquemas de gobernanza donde es difícil dirigir. Es notable el pragmatismo de la propuesta, dado que mira en una eventual propuesta de impuestos de emergencia la solución al desequilibrio fiscal, apostando a la reforma pública para atender lo estructural del déficit público. Si bien podríamos estar de acuerdo en el diagnóstico, lo que miro deficiente en la propuesta de RN es la capacidad para llevar a cabo las reformas del Estado que permitan reducir el gasto sin sufrir una gran crisis de gobernanza y enfrentar conflictos que pongan en riesgo la paz social y nuestra democracia. La propuesta en materia de ingresos de RN se centra en una reforma bastante floja de los impuestos a las ventas y su conversión a impuesto al valor agregado. Se deja la tasa en un 13% y se excluyen a la salud y la educación del esquema. Esto deja la base tributaria bastante erosionada y genera grandes dificultades para la eficiencia tributaria. Se hace énfasis en la evasión y en continuar impulsando una mejora en la recaudación vía nuevas plataformas tecnológicas. Dicha propuesta si bien podría considerarse realista en el marco del escenario político del país, podría ser insuficiente, considerando el tamaño del déficit y la situación internacional incómoda en que podría navegar el barco del país en los próximos años.

He de destacar que como propuesta política es consistente con lo dicho en otros apartados del programa, donde se aborda un papel más activo del sector privado en infraestructura y se le da a la iniciativa privada un mayor rol en generar crecimiento económico y empleo. En términos generales podría decir que la propuesta fiscal de Restauración Nacional es políticamente consistente pero no realista en proporción al tamaño del problema económico que enfrentamos. Su propuesta en materia de política monetaria es mucho más escueta y simplemente, se plantea el continuar con la política actual en materia cambiaria y en propiciar un uso más efectivo de la banca de desarrollo, por lo demás es esencialmente continuar con lo mismo.

Ahora déjenme hablarles de la propuesta económica del plan de gobierno del PAC, se trata esencialmente de una continuidad de la actual situación planteada en la Asamblea Legislativa. La propuesta se centra en reformas a la renta global y mundial, reformas al impuesto de ventas para convertirlo en impuesto al valor agregado, con una tasa mayor y con mecanismos de redistribución hacia los grupos más bajos de la distribución del ingreso. Esta propuesta plantea continuar con una mejora en la recaudación y la implementación de un enfoque de resultados en la gestión pública. Es un enfoque que no cuestiona la situación del Estado y lo asume en su tamaño y características, asume que el problema está del lado de los ingresos y sigue siendo irrealista en el escenario político. La propuesta carece de una autocrítica del quehacer de la institucionalidad pública, algo que efectivamente podría entrabar los cambios requeridos para mantener la estabilidad económica. A diferencia de hace cuatro años, la situación internacional se ha agravado, tanto en materia de precios de las materias primas, acceso a nuevo financiamiento y situación del empleo, por lo que parece que en definitiva su propuesta no será fácil ejecutarla sin acceder a ajustes sustanciales en materia de empleo y racionalidad fiscal. Creo que el programa es incauto en lo sustantivo y sigue poniendo énfasis en financiar el Estado en su tamaño y en su estructura, sin una clara autocrítica de lo actuado.

En materia monetaria, la diferencia es que el programa vuelve a hablar sobre independencia del Banco Central y una direccionalidad del objetivo de empleo como elemento central del accionar del Banco Central. Queda muy poco claro cómo lograr que el Banco Central haga énfasis en empleo si mantiene su propuesta de liberalizar el sistema cambiario y de apuntalar las metas de inflación. como el instrumento esencial de su política monetaria. En este campo veo una gran contradicción entre lo que se escribe en el programa y lo que se ejecuta desde la actual administración del PAC.

En materia fiscal tenemos entonces una propuesta más centrada en gastos, la de Restauración Nacional y otra centrada, esencialmente en impuestos, la del Partido Acción ciudadana. Creo que si bien ambas tendrán que ajustarse, una a la realidad política que le es adversa, la del PAC y la otra, a la realidad económica de gobernar que es esencialmente realismo, la de RN. Los costarricenses tenemos entonces una diferencia de fondo entre las dos, la que parece defender el Estado tal cual está en su tamaño e incidencia y la otra. que necesariamente plantea un ajuste a un Estado menos grande y más eficiente. Pareciera que tenemos enfrente un ajuste en lo público marcado por una realidad institucional que requiere ajustes inminentes en ámbitos como racionalidad de incentivos y una nueva ley de empleo público, propuesta de mejora sustantiva a los impuestos existentes para asegurar equidad y eficiencia recaudatoria, ampliación de la base a actividades y expresiones del ingreso no gravadas, pero sobre todo, reducción del despilfarro y ataque frontal a la corrupción.

En política monetaria, pareciera que RN está contento con la política actual esencialmente centrada en sostener la inflación y asegurar la estabilidad monetaria, mientras que el PAC tímidamente quisiera plantearnos un Banco Central más activo a favor del empleo. Esta segunda opción es contradictoria con la creencia en las metas de inflación y con la situación fiscal actual, dado que el Central no tiene tantos instrumentos para atender un aumento de los objetivos del mismo. Este es un viejo debate entre los economistas Juan Manuel Villasuso y Eduardo Lizano, que en el fondo, parece seguir presente en el imaginario de la discusión política costarricense. Parece ser una versión nueva de un viejo debate entre la Centro Izquierda y la Centro Derecha costarricense, ahora amparados a dos nuevos partidos que en el fondo no son en lo sustantivo muy distintos en su propuesta económica de lo que fueron el PUSC y el PLN en el siglo XX.

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