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Mujeres más cerca del poder de Dios

Marilyn Batista Márquez [email protected] | Jueves 11 febrero, 2021

Por primera vez una mujer es nombrada -con derecho a voto- a ocupar un alto cargo en el Sínodo de los Obispos, un órgano de poder de la iglesia Católica.

Se trata de Nathalie Becquart, responsable del apostolado de los jóvenes en Francia, que fungirá como subsecretaria para este organismo, una institución eclesial antigua que tiene como misión principal asesorar al Papa en temas de relevancia.

Becquart se graduó de la Escuela de Estudios Superiores de Comercio (HEC) en París, con especialización en emprendimiento. Ingresó a la formación religiosa de la Congregación de las Xavières, en donde es monja. Estudió teología y filosofía en el Centre Sèvres (seminario jesuita de París), sociología en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales y teología en la Escuela de Teología y Ministerio de Boston College, especializándose en eclesiología y sinodalidad.

Este nombramiento hace “un poco” de justicia a las religiosas profesas que son mucho más que los hombres, ya que ascienden en el mundo a cerca de 670.320, en comparación con los sacerdotes que son 415, 656, según el Anuario Pontificio de 2017 y el Annuarium Statisticum Ecclesiae 2015.

Aunque en el Sínodo, a diferencia de los Concilios, no definen dogmas y legislación con la capacidad de incidir en cambios vertebrales en la estructura y filosofía de la iglesia, abre la puerta para que las mujeres -proscritas hasta ahora en la toma de decisiones de alto poder- puedan votar los documentos finales que salen de las reuniones episcopales.

La importancia de las reuniones episcopales recae en que promueven las normas de la iglesia en los territorios que agrupa a los obispos, quienes tienen el grado más elevado del sacerdocio cristiano, comparados políticamente con gobernadores.

Al papa Francisco nombrar a Becquart, nuevamente confirma su interés en integrar a las mujeres en las estructuras administrativas y de mando de la iglesia. Ya lo hizo cuando eligió a la italiana Francesca Di Giovanni, como subsecretaria de la Sección para las Relaciones con los Estados y le asignó el sector multilateral, el mayor cargo ocupado por una mujer en la Secretaría de Estado en la Santa Sede.

También el Papa Francisco nombró el año pasado –de un solo plumazo– a seis mujeres para el organismo de supervisión financiera del Vaticano, dejando en mayoría a las féminas como integrantes de la parte laica. De los siete integrantes dos son británicas, dos alemanas y dos españolas, y un miembro masculino italiano.

Es importante destacar que todas estas mujeres son “de peso pesado”, si observamos su educación y trayectoria profesional.

Por ejemplo, la inglesa Ruth May Kelly -diametralmente opuesta a Nathalie Becquart- es feminista, casada con cuatro hijos, fue la ministra más joven en la historia británica. Fungió como Secretaria de Estado de Educación y Transporte y Ministra para la Mujer y la Igualdad en el gobierno laborista. Es graduada de la Universidad de Oxford, de London School of Economics, fue docente en la Universidad de Navarra, trabajó como periodista financiera en la sección de economía del diario The Guardian y en el Banco de Inglaterra como editora de los informes sobre inflación.

Entre otros nombramientos de mujeres que ha realizado el Papa Francisco, se encuentran el de Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, la viceportavoz de la oficina de prensa de la Santa Sede, Paloma García Ovejero, primera mujer en este cargo y Carmen Ros Nortes, subsecretaria del dicasterio para la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada

El Papa, que en el 2013 dijo “La iglesia es femenina”, e incluyó por primera vez a las mujeres en la liturgia papal de lavado de pies y creó en el 2016 una comisión de estudio sobre el diaconado femenino, ha dejado claro –no medio claro– que impulsa la iniciativa para mejorar el equilibrio de género en la iglesia que representa, que cuenta con 1.285 millones de católicos en el mundo, de los cuales se estima que cerca del 70% son mujeres.

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