Política de destrucción futura de competitividad y de valor en el sector eléctrico nacional
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 04 enero, 2021
Esta columna contiene una reflexión sobre la política de destrucción futura de competitividad y de valor que se observa en la cruda realidad de los hechos del sector eléctrico nacional.
Esta política conduce a un asedio por parte de las autoridades a los grandes y continuos adelantos tecnológicos que se están dando en el mundo y que generan importantes reducciones en los costos, la cual es particularmente notoria en el caso de la energía solar.
En mi columna anterior, titulada “Política de destrucción de competitividad y de valor en el sector eléctrico nacional”, señalé que en la cruda realidad de los hechos se observa igualmente una política que favorece la generación de electricidad con plantas estatales de tecnologías tradicionales y más caras en detrimento de otras plantas de menor costo que se están cerrando.
A excepción de Costa Rica, en el mundo se tiene claro que la competitividad (energética en este caso) es fundamental para aumentar la prosperidad económica y social y que la economía básica es el factor determinante que domina la política energética de los países.
Lo anterior lo confirman igualmente los estudios de organizaciones de primer orden mundial como las siguientes:
• Foro Económico Mundial (“Energy as a Competitive Advantage”): “La economía básica domina las políticas energéticas”. Y parte de la economía básica es la reducción continua de los costos.
• McKinsey & Company (“Energy: a Key to Competitive Advantage”):
- “La energía se ha convertido en un factor estratégico en la competencia global”.
- “La energía es uno de los factores estratégicos que están conduciendo las decisiones de las empresas”.
La energía solar, para generar electricidad, no solamente es la fuente que más rápidamente está creciendo por las continuas reducciones en los costos, sino que también es la que más potencial tiene hacia el futuro.
Los permanentes adelantos tecnológicos, que entre otras cosas, continuamente reducen los costos y aumentan la eficiencia, son la fuerza impulsora de la nueva revolución energética que está emergiendo.
La International Energy Agency (IEA) ha confirmado en su más reciente estudio, de 464 páginas, titulado “World Energy Outlook 2020”, que la energía solar es ya la fuente de energía primaria más barata para generar electricidad en toda la historia de la humanidad.
También la IEA ha señalado en este estudio que la energía solar se ha convertido en el nuevo rey de la generación de electricidad y que está en el centro de una nueva constelación de tecnologías de generación eléctrica.
Y todo indica que la energía solar para generar electricidad fortalecerá aún más su posición en el futuro con el aceleramiento de los adelantos tecnológicos que continuarán impulsando la reducción de los costos.
Hasta el momento, la batalla en la construcción de celdas solares la ha venido ganando Asia, ya que aproximadamente el 70% de estas celdas se fabrican actualmente en China y Taiwán.
A continuación se indican algunos de los adelantos tecnológicos que tendrán gran impacto en masificar el aprovechamiento de la energía solar y en reducir aún más los costos.
Un reciente estudio publicado por la BBC, titulado “Breakthrough approaches for solar power”, resume de la siguiente manera lo que está por venir en el mundo:
Hay una carrera mundial, desde San Francisco hasta Shenzhen, para hacer celdas solares más eficientes.
Los paneles solares comerciales promedio de hoy convierten el 17-19% de la energía luminosa que lo golpea en electricidad. Esto es un aumento del 12% hace solo 10 años.
Las celdas solares más eficientes significan que podríamos obtener mucho más que el 2,4% actual del suministro eléctrico mundial del sol.
El límite de Shockley-Queisser señala la máxima eficiencia para una celda solar hecha de un solo material, y para el silicio es aproximadamente el 30%.
Sin embargo, se ha demostrado que la combinación de seis materiales diferentes, en lo que se llama una celda de unión múltiple, impulsa la eficiencia hasta un 47% bajo luz concentrada.
Otra forma de romper este límite es usar lentes para enfocar la luz del sol que cae sobre la celda solar.
La tecnología solar de más rápida mejora se llama perovskitas, nombrada en honor al conde Lev Alekseevich von Perovski, un mineralogista ruso del siglo XIX.
Estos tienen una estructura cristalina particular que es buena para la absorción solar. Se pueden fabricar películas delgadas, de alrededor de 300 nanómetros (mucho más delgadas que un cabello humano) a partir de líquidos, lo que permite que se apliquen fácilmente como pintura o revestimiento en edificios, automóviles o incluso ropa.
Las perovskitas también funcionan mejor que el silicio a intensidades de iluminación más bajas, en días nublados o en interiores.
Se pueden imprimir también con una impresora de inyección de tinta, dice el Dr. Konrad Wojciechowski, director científico de Saule Technologies, con sede en Wroclaw y Varsovia. "Pinta sobre un sustrato y tienes un dispositivo fotovoltaico", dice.
Con un material tan barato, flexible y eficiente, se podría aplicar al mobiliario urbano para alimentar la carga gratuita de teléfonos inteligentes, wifi público y sensores de calidad del aire, explica.
Él ha estado trabajando con la empresa de construcción sueca Skanska para aplicar capas de perovskita en paneles de edificios.
Otra tecnología en desarrollo que promete es la de celdas transparentes. Un artículo titulado “Transparent solar cells could bring a new era of personalized energy” señala lo siguiente:
Los investigadores ahora discuten el concepto de "energía personalizada", que haría posible la generación de energía in situ. Por ejemplo, las celdas solares podrían integrarse en las ventanas, los vehículos, las pantallas de teléfonos móviles y otros productos de consumo.
Para ello, es importante que los paneles solares sean prácticos y transparentes. Con este fin, los científicos han desarrollado recientemente dispositivos "fotovoltaicos transparentes" (TPV), versiones transparentes de la celda solar tradicional. A diferencia de las celdas solares opacas y oscuras convencionales (que absorben la luz visible), los TPV hacen uso de la luz "invisible" que cae en el rango ultravioleta (UV).
La revolución tecnológica que está empezando y que se va a caracterizar por grandes y continuos adelantos no solamente está potenciando la generación eléctrica con energía solar, sino también otras fuentes de energía como la energía eólica, además del almacenamiento de electricidad en baterías de bajo costo y alta capacidad, las cuales potenciarían aún más el desarrollo de la energía solar y la eólica.
Ya un estudio de BP en el 2018, titulado “BP Energy Outlook, 2018”, había señalado que el fuerte crecimiento de la energía renovable está siendo posible gracias a la creciente competitividad de la energía eólica y solar, y particularmente a la competitividad de la energía solar que aumenta continuamente en el tiempo.
A pesar de todo lo anterior, y de muchos otros adelantos tecnológicos que están por venir, la política de destrucción futura de competitividad y de valor en el sector eléctrico nacional crea un asedio a la introducción de la energía solar, limita fuertemente la energía eólica y favorece las fuentes tradicionales de energía que han llegado al límite de sus innovaciones tecnológicas y que son mucho más caras en inversión y en operación.
De hecho, una de las plantas eléctricas de bajo costo que ya fueron cerradas, al no renovársele el contrato en noviembre pasado, era una planta eólica ubicada en una de las mejores zonas del país para este fin (Tilarán).
La política de destrucción futura de competitividad y de valor en el sector eléctrico nacional, que se observa en la realidad de los hechos, y que, entre otras cosas, favorece las tecnologías tradicionales en detrimento de las nuevas y más baratas tecnologías como la solar y la eólica.
El Plan de Expansión de la Generación Eléctrica 2018-2034 del ICE muestra que en el 2019 la participación de la generación con energía solar en el país fue del 0,2% y que en el 2027 todavía sería del 0,2%.
Con respecto a la generación de electricidad con energía eólica, este plan muestra que en el 2019 la participación de la generación con energía eólica en el país fue del 11% y que en el 2027 todavía sería del 11%.
La generación distribuida de electricidad con energía solar, que es la electricidad que los consumidores podrían generar en el mismo lugar donde la consumen (en sus techos, por ejemplo), está también fuertemente restringida, obstaculizada y limitada por un reglamento emitido por el Poder Ejecutivo.
Como conclusión, la participación en la matriz energética del sector eléctrico nacional de las dos fuentes de energía que más rápido están creciendo en el mundo (solar y eólica), por sus bajos y decrecientes costos, no solamente no está creciendo, sino que tampoco se prevé que crezca en el futuro previsible.
Esto es ni más ni menos que una política destrucción futura de competitividad y de valor en el sector eléctrico nacional, similar a la política destrucción de competitividad y de valor que está en vigencia actualmente, la cual ya ha provocado el cierre de una planta eólica de bajo costo y varias plantas hidroeléctricas de bajo costo.
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