¿Por qué tenemos falta de agua?

Junto con Chile, Costa Rica es el país de Latinoamérica que tiene mejor cobertura y calidad de agua potable para consumo humano. Es decir, que estamos muy bien.

Sin embargo, hemos tenido en diferentes zonas del país falta de agua potable y racionamientos, en la estación seca. En la Gran Área Metropolitana se vieron afectados más de 100 mil hogares.

Sumado esto a la coyuntura actual de la pandemia del virus COVID 19, para lo cual es indispensable, entre otras urgentes medidas, el frecuente y exhaustivo lavado de manos y de todas las superficies, la situación se volvió grave.

Afortunadamente, la falta de agua que afectó en estos días a tanta gente del sector sur del Valle Central, pudo transformarse en racionamientos con horarios fijos, gracias a que Acueductos y Alcantarillados (AyA) pudo acudir al apoyo del ICE con el que tiene un convenio relacionado con el embalse El llano, en Cachí, Paraíso, Cartago, explica Wilbert Quesada, Director del Despacho en AyA.

¿Qué va a pasar? ¿Tendremos cada vez más faltante de agua potable para consumo humano? ¿Por qué? La alerta de la población es lógica. El problema no afecta solo a San José, sino al resto del país y el cambio climático lo aumenta.

No tendríamos ni falta ni racionamiento de agua potable si se hubiera ejecutado oportunamente el mega proyecto “Orosi II”, que permaneció estancado por más de 10 años, dice Quesada.

Valle de Orosi. Shutterstock / La República

Orosi II, proyecto para el acueducto metropolitano, empezó a moverse nuevamente en el año 2014, por lo que sus frutos comenzarán a verse en 2025, fecha en que estaría listo, de acuerdo con Quesada.

Él manifiesta que también se debe tomar en cuenta que AyA provee aproximadamente el 50% del agua potable que llega a las personas, sabiendo que hay otras entidades como Municipalidades, ESPH y ASADAS - CAAR´s, que también se ocupan de dicha operación.

Sin embargo, “nos falta el agua por mala condición de las tuberías. Hay sectores en donde estas se han puesto nuevas pero en general no tienen ni la calidad ni el mantenimiento que debieran”, asegura el geólogo y Dr. en ciencias naturales, especialista en planificación ambiental estratégica, Allan Astorga.

“Si el PRUGAM (Plan regional urbano de la Gran Área Metropolitana. 2008 – 2030), que costó 20 millones de Euros, de los cuales la Unión Europea puso cerca de 18 millones, se hubiera realizado, no estaríamos en estos problemas. Pero se archivó a pesar de que había quedado listo en 2009”, continúa explicando Astorga.

Tanto este geólogo como Wilbert Quesada, coinciden en que hay que tomar en cuenta además que el cambio climático afectará cada vez más.

“Si llueve demasiado en corto tiempo, no se llenan tan bien las zonas de recarga como sí lo harían si llueve en forma moderada por largo tiempo. Con aguaceros torrenciales pero cortos, el agua no tiene tiempo de infiltrarse”, detalla Astorga.

Él afirma que “la burocracia es tal que AyA para ejecutar un proyecto tarda años y años porque tiene que pedir permisos y permisos a todo el mundo y eso está mal. Y por otro lado, se ha estado urbanizando en zonas de recarga”.

Nos falta mucho para cambiar nuestra cultura de desperdicio del agua, que tenemos desde épocas en que se veía como un recurso inacabable.

Pagamos menos por el agua potable que consumimos, comparado con países que no tienen la buena cobertura y calidad de este indispensable líquido que tiene Costa Rica.

Sin embargo, en situaciones graves como la actual pandemia, no se debería cortar el suministro de agua a hogares con personas que han sido despedidas o no tienen ingresos económicos.

Demos al agua la importancia que le corresponde (sin agua no hay vida), tanto los consumidores, como las instituciones que deben asegurarse de que no se pierda por fugas, tuberías en mal estado, contaminación o falta de gestión oportuna.

Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz

Editores jefes y Directores de proyectos

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Fotos: Shutterstock / La República