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Presupuesto en la picota

Leiner Vargas [email protected] | Martes 30 septiembre, 2014


La responsabilidad de asumir una posición clara sobre el presupuesto público es del Presidente y de sus ministros


Reflexiones

Presupuesto en la picota

El país ha llegado a una encrucijada fiscal que obliga a ocuparnos de las causas y no solamente de las manifestaciones del problema.
El Estado costarricense ha venido asumiendo nuevas y muy variadas responsabilidades que llevan claramente al compromiso de más recursos de los que tiene, se insiste en entregar más responsabilidades a instituciones nuevas sin cerrar o racionalizar las que ya existen y duplicando en muchos sus responsabilidades. Es imposible hacer chocolate si cacao y ponerle más agua al chocolate, solamente arrala el resultado.
La deuda es una salida posible pero no sostenible a mediano plazo, sobre todo si su calificación empeora y se vuelve más caro y difícil conseguir recursos a futuro.
Ajustar el presupuesto no es un asunto técnico, se trata de una labor y decisión política. Es el gobierno central, los ministerios de Hacienda y Planificación, quienes deben asumirlo como parte del mandato de la ciudadanía.
Si la tarea no se hace bien en el Ejecutivo, tal como parece haber ocurrido en esta ocasión, queda en manos de los diputados del Congreso de la República la decisión. Disyuntiva que pone al congreso en la picota. Aprobar el presupuesto tal como está, sin hacerle cambios sustantivos, sería compartir la irresponsabilidad del Ejecutivo de atizar la difícil situación de déficit y de endeudamiento que tiene el Estado, intentar remendar con ajustes improvisados el presupuesto público termina por minar políticamente al propio congreso.
El sinsabor de las instituciones que recibirían recortes pondría a los actores legislativos a la defensiva y seguramente, serían el blanco de las críticas y del costo político asociado con dichos recortes.
Pareciera entonces que alguien está jugando a las carambolas desde Casa Presidencial e intenta pasarle su responsabilidad política de ajustar el presupuesto a las autoridades del Congreso de la República. Aumentando entonces el sinsabor ciudadano sobre la ya maltratada imagen del congreso.
Algo que no es nuevo en otros países del sur del continente, dónde los llamados presidentes del ALBA han apostado por desprestigiar al máximo a los partidos políticos y a los representantes populares al congreso, al punto que han centralizado y concentrado el poder, intentando saltarse ese poder y consolidar una relación directa con los sectores sociales, entendiendo que ellos son los reales representantes de los intereses populares.
¿Estaremos entonces en Costa Rica ante un gobierno populista y centralista del poder político, tal como ha ocurrido en el Sur del Continente o en nuestro vecino del norte? La responsabilidad de asumir una posición clara sobre el presupuesto público es del Presidente y de sus ministros. Definir adecuadamente sus prioridades de estirar la cobija hasta dónde alcance y asumir el costo político, de ajustar el gasto o de incrementar los impuestos, con transparencia y con claridad frente a la ciudadanía. Si lo anterior no se da, el congreso y el presupuesto seguirán en la PICOTA.

Leiner Vargas Alfaro
www.leinervargas.com
 

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