San Carlos como institución, se lució en el caso Oviedo
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 20 septiembre, 2024
Luis Carlos Chacón, presidente de San Carlos; Luis Antonio Marín, técnico del equipo, dirigentes y jugadores de los “Toros del Norte”, mostraron una educación y un señorío para referirse al caso de Bryan Oviedo, digno de aplauso.
Desde luego se sintieron molestos con el comportamiento y decisión del futbolista, que les había dado la palabra (no la firma) de que jugaría con ellos a su regreso de la MLS, pero en el camino cambió de criterio y firmó con Alajuelense.
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El jerarca Chacón, el técnico Marín, no se le fueron al cuerpo a Oviedo, no hablaron de traición o engaño. Tampoco fue que avalaron o comprendieron la decisión de Bryan, sino que con mucho profesionalismo dieron sus puntos de vista sin herir al ahora jugador manudo.
Recientemente, fanáticos de la Selección Nacional y un sector joven de la prensa deportiva, atacaron al técnico Gustavo Alfaro por renunciar a la Tricolor y pasar a entrenar a Paraguay. Ningún federativo hizo lo mismo, sino que comprendieron la situación.
Don Gustavo aparentemente recibía en Costa Rica un salario mensual de $87.000 dólares y la dirigencia paraguaya le ofrecía $250.000 cada mes. O sea que le triplicaba el salario.
¿Cómo iba el técnico Alfaro a rechazar esta jugosa oferta?
Escuché a un colega de la nueva ola, despotricar en la televisión contra don Gustavo por haber dejado tirada a la Tricolor y el joven adelantó que Paraguay sería goleado por Uruguay y luego Brasil.
El joven periodista adelantaba que a Alfaro le iría mal, por su “traición” a Costa Rica. Ya conocemos lo que sucedió: Paraguay le empató a Uruguay y venció a Brasil.
Entonces, regresando al caso de Bryan Oviedo, su comportamiento dentro de la industria del fútbol es comprensible.
Le dio voluntariamente la palabra a San Carlos, cuya dirigencia no lo buscó para que se integrara al equipo, pero en el camino recibió la oferta del Alajuelense.
No podemos hablar de dinero, porque con “Los Toros” no se había conversado de ingresos. Sería falso entonces afirmar que la Liga le ofreció más dólares.
Entonces, es fácil adivinar que Oviedo se uniformó de rojo y negro por otras razones aparte de un buen salario.
Ahora, don Bryan faltó a su palabra, esto no se cuestiona y solo su conciencia podrá reclamar su decisión. El asunto no pasó a más por la educación de la dirigencia norteña y porque en la industria del fútbol, este tipo de negociaciones son pan de cada día.