Son las personas

Luis Mastroeni [email protected] | Viernes 24 enero, 2025

Al inicio del año siempre me hago preguntas que me ayudan a trazar mis objetivos y metas. Este 2025 empiezo pensando en qué es eso que hace diferente a las empresas sostenibles y cómo ayudarlas a mejorar. En resumen, es a eso a lo que me dedico.

La respuesta es simple, pero profunda: son las personas. Si cambian las personas, cambia la gestión. Parece fácil, pero practicarlo implica una transformación individual relevante.

No se trata de hacer la mejor estrategia, ni generar cientos de diagnósticos. No es cuestión de llevarse bien con la comunidad porque eso es lo que toca, luego de conversar con los públicos de interés. No se trata de reciclar más, porque hay que llegar a la meta del año.

No es eso. Lo que cambia a las empresas es el cambio en las personas. Nada más.

Habrá un cambio en la Junta Directiva cuando quienes la integran crean en que es relevante dejar de pensar solo en dinero, en el bono y en la maximización de la inversión. Cuando tomen consciencia de que lo que permite la venta es un buen entorno de negocios y que el entorno se volverá en contra si no se contribuye para que esté mejor.

Las personas son las que toman la decisión de pedir ayuda y entender por qué el negocio debe cambiar, debe variar su dirección para seguir siendo viable en el tiempo. Son ellas las que reflexionan y miran a su alrededor para darse cuenta de que la marca es parte de una sociedad que necesita de la participación de todos para mejorar. Y si la marca es parte de eso que ayuda; será elegida por encima de aquellas que no dejan de ser meras espectadoras.

Cuando en la empresa se toma la decisión de hacer las cosas de manera diferente esta no se mantiene si el grupo de personas que lleva adelante la gestión no está realmente convencido. ¿Qué podría poner en riesgo esta decisión si fue tomada por la alta dirección?

Un cambio de personas sería la respuesta. En la inmensa mayoría de las empresas la gestión de negocios en triple utilidad es una decisión voluntaria de la Junta Directiva. Sí, es voluntaria, no lo exige ni la ley, ni ningún regulador (al menos en Latinoamérica y USA).

Basta con que la mayoría de las personas en la Junta cambien, para que tomen una decisión diferente y todo se venga abajo. Es muy frágil esa estabilidad.

Pero si las personas están convencidas, les hace sentido y están viendo resultados; no habrá forma de cambiar la estrategia. Es la voluntad de las personas lo que asegura el triple impacto y no los resultados de corto plazo.

Me tomó un tiempo entender por qué el cambio de gestión es tan complicado si hay tanta evidencia de que funciona y que les hace bien a las compañías. La razón, creo yo, es que los cambios de hábitos son complicados para los seres humanos y al final de cuentas, un cambio en la gestión de negocios es un cambio en la forma en que se vienen haciendo las cosas. Y eso cuesta.

Si ya de por sí cuesta mucho hacer cambios en los hábitos personales, imaginemos lo que puede ser para un grupo de personas decidir cambiar el rumbo de lo que hacen y más aun teniendo claro que podrían ganar un poco menos de forma temporal (mientras la estrategia empieza a dar frutos).

Por eso, como lo expresé en otro artículo, trabajar con los líderes de las organizaciones será una tendencia en este año que inicia. Si no tenemos claro el guion y la importancia de cada individuo en la empresa, será muy difícil cambiar la manera en que gestionamos los negocios para enfrentar un futuro que ya está tocando las puertas.

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