Sostenibilidad digital
Candilejas [email protected] | Viernes 12 junio, 2020
A las puertas de lo que podríamos llamar la “Gran Digitalización”, visualizar la verdadera dimensión de la huella de carbono digital resulta urgente.
Sobre este tema, Candilejas conversó con el periodista, investigador y escritor Pablo Gámez-Cersósimo, costarricense, fundador y director general de la organización holandesa “The Orange Institute”, cuya principal función es servir como referencia mundial, especialmente para América Latina, en la transformación “de energías para la industria de la Internet”, desde Holanda, país líder en este proceso.
Pero ¿cuál es la situación en torno a la huella de carbono derivada de la industria digital?, ¿Cuál es la huella de carbono que genera Internet?
Según Gámez, durante los últimos cinco años, distintas organizaciones no gubernamentales, universidades e investigadores, han venido documentando la polución digital, un tipo de contaminación que no es visible y cuyo impacto ambiental es creciente. Si fuera un país, la industria digital sería el quinto más contaminante del planeta (Greenpeace, 2017).
Otros estudios* sitúan la huella de carbono de esta industria en un 4%, superando el impacto ambiental generado por la aviación.
Reconocer con exactitud y transparencia la verdadera dimensión, local y mundial, de la huella de carbono de la industria digital, y descarbonizar nuestra infraestructura tecnológica, son dos complejos desafíos que la humanidad debe resolver, contra reloj, en los próximos años, porque la aceleración tecnológica que se ha activado –por el COVID-19 - está “construida sobre infraestructuras energéticamente sucias”, apuntan los estudios*.
“Estamos en un momento decisivo para descarbonizar la infraestructura física de la Internet, entendida como el gran símbolo de la industria digital. En este camino, ha llegado el momento de reconocer que Internet no se alimenta de bambú. Se erige sobre una poderosa cadena fósil que tímidamente está siendo reemplazada”, asegura Pablo Gámez.
Desde 2015, distintos informes*, exponen el impacto que tiene la economía e industria digital en el medio ambiente. Estos informes, si bien ofrecen lecturas disímiles y un complejo baile de cifras sobre la cantidad de gases de efecto invernadero que se desprenden de las estructuras digitales, nos ayudan a entender que no existe una metodología definida y universalmente aceptada para medir el costo energético del orden digital que hemos creado, y del cual dependemos. Pero sí la urgencia de producir cambios.
En este contexto, ¿qué oportunidad tiene Costa Rica? Gámez-Cersósimo considera que “nuestro país reúne los elementos y piezas necesarios para convertirse en líder y un hub tecnológico enfocado en la sostenibilidad digital en el continente. Es una oportunidad evidente y que no está siendo aprovechada”.
Las últimas tres décadas han sido decisivas en la consolidación de las arterias físicas que hacen posible el funcionamiento ininterrumpido de la inmensa rueda llamada Internet, la mayor de las infraestructuras creada por el ser humano.
A lo largo de treinta años, y prácticamente sin ninguna fiscalización en términos de gasto energético, el andamiaje físico que hace posible el funcionamiento de la totalidad del aparato digital ha crecido de manera exponencial en todo el planeta y es nuestro deber transformar los procesos digitales para la protección del mismo.
#QuedateEnCasa
Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz
Editores jefes y Directores de proyectos
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*Fuentes:
North China Electric Power University.
Mines Paris-Tech a través de las investigaciones realizadas por el científico Franck Aggeri y la empresa Huawei de la mano de Andres Andrae.
The Shift Project, think tank francés:
theshiftproject.org/en/article/unsustainable-use-online-video/
theshiftproject.org
Greenpeace, 2017: https://www.greenpeace.org/usa/global-warming/click-clean/