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Tiempo para disfrutar

Humberto Pacheco [email protected] | Martes 13 septiembre, 2011



TROTANDO MUNDOS
Tiempo para disfrutar


Nos gusta conducir automóviles, a pesar de nuestras lamentables carreteras. De jóvenes los corrimos y la mecánica siempre nos apasionó, por lo que evitamos los vuelos comerciales -ya abundantes en nuestro trabajo- cuando de viajar a las bellas playas y las recónditas montañas de Costa Rica se refiere. Un reciente fin de semana largo nos ofreció la oportunidad de hacer ambas cosas, por lo que tomamos la carretera adoctrinándonos de que no nos dejaríamos enojar por el batallón de imbéciles que azotan nuestros caminos sin tener la más remota idea de lo que es conducir, complementados por algunos inspectores de tránsito que ignoran la ley pero son expertos en tender la mano.
Caía la tarde sin lluvia por lo que la etapa de Barranca a Limonal se dio bajo un cielo azul intenso, permitiéndonos admirar por enésima vez la espectacular vegetación a lo largo de esa carretera, que, sí tan solo estuviera en mejores condiciones, sería paradisíaca. El resto del viaje hacia el puente de la ex-amistad lo matizó una puesta del sol que parecía un monumental incendio.
Al anochecer, con un vaso de buen vino en la mano y trajeados en una desteñida pantaloneta, nos sentamos a admirar el Océano Pacífico reventar sus olas brillantes contra la playa. Finalmente, ayudados por el cansancio del viaje y con moderación por el Dios Baco, cerramos el día en un sueño reparador, deseando que este maravilloso instante se repitiera mil veces.
El regreso fue igualmente grato, no obstante haber quedado marcado por un Inspector de Tránsito que nos detuvo porque veníamos adelantando a otro vehículo, aunque lo hacíamos correctamente bajo rayas amarillas intermitentes en la carretera. De entrada nos puso en autos de lo que nos iba a costar la multa. Durante la operación pedimos que nos explicara el porque de la detención y nos sacó un radar que marcaba velocidades alucinantes de carro deportivo. Cuando le dijimos que el Wrangler 4X4 en que viajábamos no tenía la capacidad para llegar a esas velocidades y que él hiciera el lo que tuviera que hacer, decidió no multarnos y se satisfizo con echarnos una perorata sobre conducción responsable.
El proceso no habría pasado de ser un mero intento de chorizo más sino fuera porque se nos ocurrió preguntarle porqué permiten a los autos viajar despacio por el carril izquierdo de las “autopistas”, y a los que adelantan, hacerlo por la derecha, tras lo que nos dio otra clase magistral, con citas de los artículos de la ley adonde supuestamente se señala que es permitido “rayar” por el carril de tráfico lento y que no hay obligación de mantener la derecha. Esto habría sido muy jocoso sino fuera por lo grave de que un “tráfico” no tenga ni la menor idea de lo que estaba hablando.
Fieles a nuestro propósito de no enojamos para no arruinar el paseo, continuamos sonrientes hacia el muy agradable restaurante de las Tres Hermanas con la intención de saciar nuestro apetito.
De verdad que este es un país muy bello y sus gentes buenas y amigables. Lástima que las circunstancias políticas se nos hayan complicado tanto que somos incapaces de contener el gasto público, reducir el tamaño del Estado político, eliminar el Estado empresario, distribuir bien los muchísimos recursos que sobrarían con nuestro nivel de impuestos sí no se estuvieran perdiendo millonadas mal usadas o abiertamente robadas, como ocurre en la institución que está en la palestra.
Lástima de veras, porque tendríamos una soberbia calidad de vida.

Lic. Humberto Pacheco A.
[email protected]

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