Un reto a las democracias
Carlos Denton [email protected] | Miércoles 03 julio, 2024
¿Quién no recuerda algún candidato político ofreciendo en campaña sofocar a los delincuentes y dar seguridad a las comunidades, frenar la corrupción y no dejar impune a los que han extraído riqueza ilegalmente, crear empleos, y mejorar la educación pública? Es tan común oír estos compromisos de los que buscan el poder que ya ni se les presta atención cuando anuncian con toda seriedad que realizarán estas acciones si son elegidos. Es común oír que “una promesa política es tan genuina como una de cama.”
Lo increíble es que muchos de los candidatos políticos, incluso a la presidencia, que ofrecen estos cambios honestamente creen que lo podrán hacer si lograran ser electos. No han hablado a profundidad con alguien que ha servido. Hay un anuncio que aparece en la televisión norteamericana en estos días donde John Kennedy habla con Dwight Eisenhower y el primero dice “no creí que sería tan difícil este trabajo” y el ex mandatario responde –“yo se lo dije meses antes de la inauguración, Sr. presidente.”
El problema que todos enfrentan es que descubren que no tienen el poder para “dar órdenes” y que instantáneamente se obedecen. El expresidente Figueres Ferrer de Costa Rica en una oportunidad dijo “cualquier grupo de 100 personas puede tomar la presidencia por fuerza, pero después levanta el teléfono para dar órdenes y nadie le hace caso.”
Se ha creado un servicio civil muy fuerte que controla a la estructura estatal y que es adversa al cambio. Cuando llega un presidente nuevo o un ministro y quiere implementar un programa nuevo que prometió implementar cuando en campaña, los jerarcas de la burocracia le explican “porque no se puede.” Estos funcionarios públicos no se pueden despedir o incluso cambiar de puesto entonces el “mandatario” de turno se queda con las ganas.
El votante e incluso los del partido político del político electo no entienden el problema y todo queda “estable.” Introducir un sistema nuevo de evaluar al desempeño de los docentes muy difícil. Cambiar las luces del Aeropuerto Juan Santamaría más complicado. Construir una carretera a San Ramón (bueno allí Laura Chinchilla lo tenía resuelto, pero cambió de parecer y quedaron los usuarios con las ganas) muy engorroso. Eliminar las largas esperas para una operación médica en la CAJA trayendo especialistas extranjeros no aceptable. Hace unos años todos los autos nuevos andaban hasta por un año con placas de papel porque no se pudo organizar la manufactura de las metálicas.
¿Por qué es que Nayib Bukele es tan popular? Porque cumplió con lo que ofreció en su primera campaña y freno el crimen en su país.
¿Qué se puede hacer para resolver esta situación? En parte es reducir el campo de acción del sector público. Hay muchas más mujeres bancarizadas ahora con un sector que incluye bancos privados. El servicio celular es muy superior ahora por la competencia con el oferente estatal. Solo dos ejemplos. Otra solución sería eliminar el nivel más alto donde llega ahora el servicio civil. Algo hay que hacer.
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