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Una oportunidad para la empresa

Randall Madriz [email protected] | Lunes 10 agosto, 2015


Una oportunidad para la empresa

Bajo el expediente 19.538, la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso está analizando una iniciativa mediante la cual se pretende apoyar a las nuevas empresas del sector privado.
Así, en un país donde parece que la aspiración máxima es llegar a formar parte de la abultada burocracia del Estado, tenemos en la mesa un proyecto de ley que es, a mi criterio, de importancia nacional.
El denominado proyecto de ley de “Incentivo Tributario para el Emprendedurismo” establece una exención del impuesto sobre la renta durante el primer año de operaciones para las personas físicas, micro, pequeñas y medianas empresas que inicien actividades.
Durante el segundo año, se establece que se pagará un 25% del total del impuesto sobre la renta determinado para ese año y en el tercer año se pagará un 50% del total del impuesto sobre la renta correspondiente a ese periodo fiscal.
Repito que aplaudimos la iniciativa, pues la misma va en el sentido correcto. Sin embargo, a nuestro criterio el proyecto necesita mejorarse.
No compartimos que el proyecto haga referencia a actividades comerciales las cuáles tienen poco valor agregado.
Creemos que las actividades que deben disfrutar de este estímulo son las vinculadas a la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, así como las actividades industriales.
El espíritu emprendedor escasea en nuestro país y merece ser estimulado pero, repetimos, en tiempos de crisis fiscal debemos jugar bien las cartas y apostarle al valor agregado de las actividades.
La persona emprendedora es aquella que asume el riesgo y se adentra en aguas desconocidas para hacer realidad una idea.
La raíz latina “imprendere” implica riesgo y por lo tanto incerteza y quien enfrenta a esos factores debe ser estimulado.
Desde el punto de vista económico, el emprendedor obtiene recursos de terceros para llevar a la realidad sus ideas, o pone en riesgo sus propios recursos.
Si el proyecto crece y prospera, la empresa se desarrolla y logrará emplear otras personas y así tomar curso deseado con las consecuencias positivas para la economía de nuestro país.
A mi criterio, uno de los grandes males de Costa Rica es la poca importancia e impulso que se le presta a los “startups”, por lo tanto, respetuosamente, insto a los costarricenses a apoyar esta iniciativa.

Randall Madriz
Abogado tributario
[email protected]

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